Descripción
APHOTIC – Abyssgazer LP
Un concepto de finalidad última empapado en inevitabilidad cosmológica. Un sonido de inmensidad creadora/destructora de mundos envuelto en disonancia de otro mundo y atmósferas sofocantes. Visiones de eones por delante, evocando el destino último de la materia y, como tal, de la existencia. Todo esto es «Abyssgazer«, el inmenso álbum debut del oráculo italiano de metal atmosférico post-death/doom, Aphotic. El cuarteto del norte de Italia, que cuenta con miembros actuales y pasados de bandas como Fuoco Fatuo, Blasphemer y Ekpyrosis, se ha propuesto crear la máxima clarividencia del metal extremo sobre la muerte de nuestro universo, a través de una experiencia audiovisual y conceptual de un poder evocador sin igual. Según el relato escatológico y la predicción astrofísica, el Omega más absoluto posible se materializará en eones por delante, en escalas de tiempo casi imposibles de imaginar, un universo inexorablemente inflado compuesto solo de restos estelares exhaustos y degenerados desgarrará el tejido del espacio-tiempo mismo hasta que la materia comience a desintegrarse, e incluso cada singularidad de agujero negro se evaporará, debido a efectos cuánticos, en radiación que emana en la nada.
Y así, cuando se alcance la entropía máxima, el tiempo carecerá de sentido. En este marco, la pista título del álbum reflexiona sobre cómo, en tiempos y lugares remotos, la materia inerte puede dar forma a seres vivos, luego evolucionar en criaturas sintientes que podrían llegar a ser capaces de mirar hacia lo desconocido y preguntarse sobre la verdadera naturaleza del tiempo y el espacio, al contemplar el abismo. Los «Abyssgazers» se convertirán en la autoconciencia del Universo. Luego viene el medio: death metal atmosférico oscuro, imponente, colosal para desintegrar el tejido de la percepción, la realidad y el tiempo mismo, y musicalizar la última visión y el último aliento del universo.
Un abismo cósmico nebuloso y revuelto que evoca la destrucción de mundos a través de una síntesis sonora magistral: el death metal oscuro retorcido y necromántico de Incantation e Immolation, la narrativa expansiva y cambiante de Triptykon, Neurosis, Evoken y Bolzer, y la frialdad y disonancia sofocantes de Godflesh. Y finalmente, las visuales del pintor abstracto chileno Rodrigo Pereira: una visión de otro mundo hacia el abismo que sella este viaje escatológico hacia los eones por venir. La mezcla analógica meticulosamente elaborada bajo la experiencia del ingeniero de sonido Greg Chandler de Esoteric (Priory Recording Studios, UK) y la masterización por Colin Marston de Gorguts, etc. (The Thousand Caves Studio, NYC), completan un álbum debut sin precedentes de death metal vanguardista inmenso, imaginativo y expansivo de la conciencia, creado para glorificar y reinventar la inmensidad e inevitabilidad de la muerte mucho más allá de este plano carnal.
